El domingo pasado, y luego de un gran almuerzo junto a quien me quiere y cuida de este frío invierno, pude volver a deleitarme de una gran película, como es “Crónicas de Narnia. El león la bruja y el ropero”. Viendo este film, es que me pude proyectar un poco en él, mientras observaba como estos niños huyen de una guerra ajena, viajan a la casa de un desconocido que los cuide y en un lugar tan cotidiano y singular como este, encuentran un mundo totalmente nuevo, lleno de fantasías y lugares inexplorados.
Es de esta forma es que me sentí al arribar a Los Andes, donde me encontré no solo en la casa de un amigo, sino que en una ciudad que me mostraba la cotidianeidad y simpleza y al mismo tiempo un mundo nuevo por descubrir y por descubrirme.
Mas también estaba la bruja, o en este caso, el brujo representado en el pasado, en el tener que olvidar las penas y alegrías de un tiempo por dejar en el tintero, recuerdos que me atormentaban y congelaban el corazón. Ese gran brujo del norte que con un solo respiro es capaz de invadir todo mi sentir y amenaza con destruir todo las ilusiones de niños inocentes. Ese brujo que estoy dispuesto a combatir.
Y por último está mi ropero, mi travesía desde el frío y gris pasado, hasta el mundo lleno de colores, fantasías y mitos por conocer, y más aún por vivir, junto a bellas personas que esperaban mi llegada.
Aquí estoy viviendo mis propias crónicas, construyendo mi nuevo vivir, rearmando mi corazón y volviendo a creer en que Narnia realmente existe… y me espera.
Es de esta forma es que me sentí al arribar a Los Andes, donde me encontré no solo en la casa de un amigo, sino que en una ciudad que me mostraba la cotidianeidad y simpleza y al mismo tiempo un mundo nuevo por descubrir y por descubrirme.
Mas también estaba la bruja, o en este caso, el brujo representado en el pasado, en el tener que olvidar las penas y alegrías de un tiempo por dejar en el tintero, recuerdos que me atormentaban y congelaban el corazón. Ese gran brujo del norte que con un solo respiro es capaz de invadir todo mi sentir y amenaza con destruir todo las ilusiones de niños inocentes. Ese brujo que estoy dispuesto a combatir.
Y por último está mi ropero, mi travesía desde el frío y gris pasado, hasta el mundo lleno de colores, fantasías y mitos por conocer, y más aún por vivir, junto a bellas personas que esperaban mi llegada.
Aquí estoy viviendo mis propias crónicas, construyendo mi nuevo vivir, rearmando mi corazón y volviendo a creer en que Narnia realmente existe… y me espera.
5 comentarios:
Hola, hola... pasando a saludar... feliz inicio de semana...
es que...vemos reflejos qe no debemos
jaja, hoy no pienso
HOLA!
que tal.mauro..
como estas...
asi que ahora no estas en el norte?
es lo que entendi..
ahora estas en los andes!
recibe mis saludos
Ro.
hola!!!!!
como que te quedo gustando la idea del closet jajajajja
mi niño jeje si es broma...
recuerda que tenemos el desayun pendiente
un abrazo y espero verte nuevamente
uno mas de tantos esperando q me "blogees" jejejje
Lolo...bienvenido a los andes york...yo me vine desde enero definitivamente aca, osea soy un andina mas....es una cuidad que esta empezando a despertar, es tranquila y de aire limpio, cerca de Stgo. y ya del prox. año cerca tb. de viña...voy a estar atento por si lo veo en la calle, aunque el astigmatismo me lo impide...jajajja
saludoz
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